
yo, Tiresias, aunque ciego, palpitando entre dos vidas,
viejo con arrugados senos de mujer, puedo ver
(T. S. Eliot, La tierra baldía)
Para ser un buen adivino, hay que ser viejo y, paradójicamente, ciego.
Además, para superar a todos los demás vates hay que ser ANDRÓGINO.

La vida del ANDRÓGINO está enriquecida con la sabiduría de ambos sexos naturales: el femenino y el masculino.

En su androginia Tiresias atesora pasado y futuro, vida y muerte, macho y hembra, recuerdo y olvido, la eterna lucha de los contrarios.

Cuando TIRESIAS era solo un muchacho, vio a la diosa Atenea que se bañaba en la fuente Hipocrene, en el monte Helicón. La diosa, ofendida, le puso a Tiresias la mano en los ojos y lo cegó. Pero lo compensó con el don de la profecía.
Se dice que en una de sus correrías juveniles, Tiresias vio dos serpientes apareándose y las separó. Hera lo castigó convirtiéndolo en mujer por haber interrumpido el ciclo de la Naturaleza.
Pero ya sabemos eso de BIS REPETITA SEMPER PLACENT y la historia se repitió. Tiresias encontró de nuevo las serpientes, pero esta vez se cuidó muy mucho de intervenir. Hera lo convirtió de nuevo en hombre.

Otros cuentan que acudió como árbitro a una disputa de Zeus y Hera sobre el PLACER. Tiresias dijo que de diez partes nueve corresponderían a la mujer y una sola al hombre. Ante tamaña insolencia, Hera se enfadó, porque finalmente el secreto del sexo quedaba revelado para los hombres, de manera que lo cegó. Zeus se apiadó de él y le concedió el don del vaticinio y el privilegio (o la condena) de una vida larga y productiva.

Tiresias, viejo, ciego, hombre y mujer y adivino poco creíble, porque verdaderamente es difícil dar crédito a un profeta que no ve.

Colección de Ashley y Joseph Profaizer. Foto: Giovanni Corti, Florencia.
Tiresias le dice a EDIPO que, a pesar de su ceguera, ve mucho más que él, que sí puede ver, aunque no con los ojos del alma.
Le acusa de haber asesinado al hombre sobre el que están investigando, sobre su padre Layo, y le revela que convive vergonzosamente con sus seres más queridos.
Pero Edipo se resiste y lo ofende:
Οἰδίπους: μιᾶς τρέφει πρὸς νυκτός, ὥστε μήτ᾽ ἐμὲ
μήτ᾽ ἄλλον, ὅστις φῶς ὁρᾷ, βλάψαι ποτ᾽ ἄν.
Vives en una noche perpetua, de manera que ni a mí ni a ninguno que vea la luz podrás perjudicar nunca.

Su ceguera estuvo unida a la de Yocasta. Cuando la reina de Tebas comprendió, no quiso ver, no quiso saber nada más.
Los broches de su vestido cayeron como horquillas en sus ojos ignorantes.
Al decidir morir, ella pudo verlo todo y él lo comprendió todo, finalmente.

ODISEO se consultó con él en su catábasis personal y trascendente. No cesó de interrogarle por todas sus cosas.

El héroe hubo de hacer sacrificios con sangre para concitar los espíritus de los muertos.
Allí estaba Tiresias, en un limbo entre el mundo y el inframundo, debido a su extraordinaria longevidad.

Le hizo contemplar a los antiguos amigos, a su madre; pudo oír a las sirenas, a Escila y Caribdis, y Odiseo se hizo más sabio, aunque no pudo evitar que sus compañeros mataran a las vacas de Helios y casi comprometieran el cumplimiento de su tarea.
Pero consiguió ver su lucha con los pretendientes y su regreso.
Por un momento en el inframundo se juntaron el tiempo y el espacio, todos los tiempos y todos los espacios, y Odiseo pudo
ψυχῇ χρησόμενος Θηβαίου Τειρεσίαο
Escuchar los augurios del alma del tebano Tiresias

Cuando Odiseo navegaba por un mar lleno de monstruos, arrecifes, tormentas y caníbales, en la niebla era cuando podía ver más allá, porque estaba ciego y solo le restaba mirar hacia dentro, hacia sí mismo.
Este es el único futuro que está escrito.
Esto es lo que hablaron en realidad.
Canta Odiseo, pregunta sin cesar.
Responde Tiresias, críptico:
Dimmi Tiresia
Dal regno dove mai
Nessuno si è recato
Versami il sangue
Scavami un botro
Un buco per sbirciare
Tra il mio destino e il fato
Bevi il mio sangue
Che porti alla memoria la coscienza di chi ero e sono stato
Ma è meglio sapere o non sapere
Aver la conoscenza
Sapere o non sapere
Quello che poi mi sporcherà
Dimmi Tiresia
Affido a te il mio viaggio
Alla tua sentenza
Tu che già sai
Com’è filato il mio cammino
Sapere o non sapere
Se la donna mia mi aspetta se è fedele
Sapere o non sapere
Dimmi Tiresia
Quali stratagemmi dovrò ordire
In quale forma mi dovrò nascondere
Dimmi Tiresia
Ma è meglio sapere o non sapere
E non poter più credere
Sapere e poi dovere
Portare fino in fondo il compito
Dimmi Tiresia
È duro profetare
La conoscenza è distanza che separa
La fatica di conoscere
È più grande fatica di essere creduti?
Dimmi Tiresia
Tu che dimentichi e ricordi e poi dimentichi
E così purifichi
A che mi servirà sapere
Saper il mio destino come già deve compiersi
E poi non esser più creduto dai compagni
Soltanto dai segni nei sogni
Dimmi Tiresia
Togli la sete
Conoscilo e poi scordalo
Bevi di questo Lete
Conoscilo e poi scordalo
La conoscenza è niente senza fede
Conoscilo e poi scordalo
La conoscenza è niente senza fede
La conoscenza è niente senza fede
Vai oltre il ritorno
Porta sulle spalle un remo
Abbandona la casa e vai errante nel sole
Fino a gente che non batte il dorso del mare
Che non conosce i cibi conditi col sale
Che confonderà il remo con un ventilabro
Un rastrello per spargere intorno sementi
Per pettinarle nelle crine dei venti
Lì lo poserai offrirai sacrifici
La morte ti coglierà dal mare
Consunto da splendente vecchiezza
Tra gente felice attorno
Questo ti dico senza tema né dubbio

¿Es mejor conocer el futuro o no tener ni idea de lo que va a suceder?
