ACRÓTATO EL GUAPO
Príncipe helenístico, s.II a. C. (Palazzo Massimo alle Terme-Roma)
Foto Javier Rodríguez, diciembre 2013
Desde los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y hasta los de Londres 2012, los estudiosos se han ocupado de DESMITIFICAR este acontecimiento deportivo de la Antigüedad.
Nos han hecho ver los Juegos Olímpicos alejados de aquellos combates de los héroes homéricos donde el honor y la bravura lo ocupaban todo.
Púgil, s.I a.C. (Palazzo Massimo alle Terme-Roma)
Foto Javier Rodríguez, diciembre 2013
No cabe duda de que el JUEGO es una COPIA de la GUERRA. Pero los ATLETAS OLÍMPICOS no fueron Aquiles ni Héctor, sino HOMBRES corrientes y molientes con los PECADOS habituales: ambición, envidia, traición, trampa.
Embadurnados en aceite y desnudos, presumiendo de músculos y de virilidad, héroes durante cinco días, representantes de su ciudad, subían al podium de los honores y se creían Apolo o Hércules.
Deberíamos imaginarnos a estos hombres en los vestuarios, estudiando con atención las posibilidades de sus rivales, envidiosos de los regalos y pleitesías de sus fans, ideando trampas y celadas antes y durante los COMBATES DEPORTIVOS.
Antes del AGÓN, o competición, eran oferentes de sacrificios de bueyes en el TEMPLO DE ZEUS de NEMEA.
La INMORTALIDAD estaba en juego
¿Quién ocuparía para siempre el altar de los más bellos y mejores?
Participar no era suficiente
Lo único importante era VENCER, igual que en la BATALLA.
Copia romana del Discóbolo (Palazzo Massimo alle Terme-Roma)
Foto Javier Rodríguez, diciembre 2013
Disco, jabalina, carrera, lucha y boxeo se mantuvieron siempre. Otras disciplinas se desvanecieron durante la dominación romana.
Coronados de laurel, su carrera empezaba y finalizaba aquí. Por eso no hay el concepto de amateur en la Antigua Grecia.
La INMORTALIDAD se conseguía gracias a las FLORIDAS ODAS OLÍMPICAS de los poetas y por la PIEDRA: abundantes inscripciones salpican los lugares sagrados de Olimpia y Nemea, pero también los ESPONTÁNEOS GRAFITTI, como éste que se oculta en el TÚNEL DEL ESTADIO DE NEMEA:
Un muchacho entusiasmado y enamorado firmó este encantador graffiti:
AKROTATOS KALOS TOU GRAPSANTOS
«ACRÓTATO GUAPO, PARA EL QUE ESCRIBE«
En un mundo masculino como era el de la guerra y los juegos, no habría cortapisas para expresar inocente y abiertamente este AMOR HOMOERÓTICO.
La admiración del que escribe le lleva a herir para siempre las ciclópeas piedras del túnel de acceso al ESTADIO DE NEMEA.
Por un momento, metidos en el túnel de Nemea, formamos parte de este espectáculo de sangre, envidia, confrontación, sexo y corrupción.
¿QUIÉN ERA ACRÓTATO?
Los arqueólogos han sugerido que, ya que el nombre es bien raro, pudo tratarse de un espartano de linaje real.
Plutarco y Pausanias hablan de un ACRÓTATO, nieto del viejo rey de Esparta Acrótato, muerto ca. 305 a.C.
Este joven, que reinó también ca. 265 al 252, destacó por su belleza. Después de su victoria contra su tío, que se había aliado con el famoso Pirro, rey del Ponto, regresó a casa con modales y lujos persas, más apuesto y más alto, «más bello que una mujer».
Todas estas características le hacen candidato a ser el ATLETA de NEMEA que despertó esta excitación, igual que los futbolistas, toreros o celebrities de nuestros días.
Y algún fan, que no cesaba de mirarlo untado de aceite, raspándose la piel, vigoroso, masculino y guapo, quiso inmortalizar su deseo y su rendida admiración.
Apoxiomenos Pío Clementino
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el guapo príncipe helenístico de la primera foto…
caray qué guapo, qué monada de hombre…solo las estatuas se conservan así de espectaculares
🙂
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Toda la razón!!!!
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De todos los deportistas actuales, si hacemos cuidadoso repaso… pienso que sólo resistiría la comparación con Acrótato el Guapo ¿ David Beckman, con sus tatuajes y todo?. Y Zidane, puede ser…(Los demás me parecen gañanes a morir, por muy bonitas que tengan las piernas!).
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