COMO ANCLA del ALMA 

COMO UN ANCLA DEL ALMA, FIRME Y SEGURA

(Hebreos 6,19-20)

     El vientre de Roma esconde fabulosos HIPOGEOS donde se despliegan los SÍMBOLOS de la nueva religión: las CATACUMBAS

     Fascinados por el embrujo hollywoodiense, hemos creído siempre que las CATACUMBAS fueron REFUGIO de los mártires de la nueva fe. Los estudiosos se han encargado de poner las cosas en su sitio. Las CATACUMBAS son NECRÓPOLIS, un enorme diseño de galerías subterráneas donde se enterraban los cristianos.

     Las tumbas más humildes se ordenan en las paredes del laberinto, son los LOCULI. Si el difunto era de rango elevado, se hacía construir una cripta.

      Los visitantes han robado huesos de estos muertos durante siglos, por lo que han sido ya retirados de la vista del público.

     Además de cámaras funerarias, las CATACUMBAS han servido para mostrarnos el arranque de esta novedosa corriente de pensamiento y de creencia.

     Por ello, los frescos e inscripciones en la piedra son simples, prístinos, trazados al vuelo, espontáneos y directos.

      Una iconografía «infantil», en el sentido de que habrá de crecer con el paso de los siglos. También se complicará a los ojos del profano.

     Para los neófitos había que dibujar TRAZOS SIMPLES y DIRECTOS.

La simbología debía hacer palpitar el alma en el momento de leer en las paredes

     Las  CATABUMBAS de SANTA PRISCILLA acaban de reabrirse al público tras cinco años de restauración. Se denominan la REGINA CATACUMBARUM, o reina de las catacumbas, por su extensión y por sus novedades iconográficas. Siete papas y más de 400 mártires de la nueva fe se enterraron aquí. Se construyeron gracias a la munificencia de una dama romana de alta alcurnia, PRISCILLA.

     Todos los símbolos de Santa Priscilla se arremolinan en torno a esta idea novedosa:

LA SALVACIÓN DEL ALMA

    Las CATACUMBAS son una CATEQUESIS de neófitos desconocedores del nuevo mensaje.

Esta es su ANUNCIACIÓN:

Y su EPIFANÍA:

     Santa Priscilla acoge la PRIMERA REPRESENTACIÓN DE LA VIRGEN CON EL NIÑO.

     La CATEQUESIS de las CATACUMBAS comienza rescatando al PASTOR de ALMAS de un icono conocido: el MOSCÓFORO.

     La DONNA VELATA ha despertado la imaginación de aquellos que defienden aquí el germen arruinado de un sacerdocio femenino. En realidad esta mujer representa, en un ejercicio simple de simbología, los tres estadíos de la vida femenina: el matrimonio (izquierda), la maternidad (derecha) y el ALMA SALVADA, en el centro. Con la cabeza cubierta, respetuosa y en presencia de la divinidad alza las manos.

     Alzan las manos también, en señal de oración, estos ORANTES. Son los tres jóvenes judíos metidos en el horno por Nabucodonosor II en el cautiverio de Babilonia por adorar a su dios, según refiere el libro de Daniel.

Jonás es salvado del vientre del monstruo

     Isaac es salvado en el sacrificio. Dios le había pedido a Abraham lo más preciado de la vida, y él, en un gesto de extrema generosidad y obediencia, iba a entregárselo. Pero Dios no quería a Isaac, sino la fe de Abraham.

    PAN, PEZ y VINO comparten estos pocos comensales en una ÚLTIMA CENA. Es la FRACTIO PANIS, o partición del pan.

     Las AVES son el símbolo del ALMA SALVADA: pavo real, paloma y ave fénix. Un alma que se hace inmortal por primera vez.

      El ANCLA, el hombre que hunde todo su peso en la fe para aferrarse a la SALVACIÓN. Un pez podría acompañarle, el acrónimo en griego del nombre de CRISTO.

Es el rescate