ANNIA REGILLA, luz de la casa
Area arqueológica de Capo di Bove-Via Appia Antica-Roma
Foto Javier Rodríguez, diciembre 2013
Aspasia Annia Regilla se casó niña con el millonario griego Herodes Ático. Ella tenía 14 años y Herodes, 40.
La familia del novio era de linaje dudoso, pero su fortuna, enorme. Ella, de origen muy aristocrático, emparentada con la emperatriz Faustina, esposa de Antonino Pío. Se cree que el matrimonio fue sine manu, esto es, que la patria potestad sobre la novia seguía en manos del padre, no del nuevo esposo.
Herodes fue preceptor de los futuros césares Marco Aurelio y Lucio Vero, y un gran rhétor, como lo atestigua la larga y encomiástica biografía que le dedicó Filóstrato.
Vivió a caballo entre Roma y Atenas. Había cambiado el testamento de su padre, que legaba mucho dinero a los atenienses, a cambio de ofrecerles edificios de utilidad pública. Siempre se le acusó de usura. Cuando construyó el Estadio Panatinaicos, los atenienses dijeron con sarcasmo que el nombre era muy adecuado porque había sido costeado con el dinero de todos los ciudadanos.
Estadio Panathinaikó en su renovación de 1896
Cuando Annia Regilla y Herodes se casaron, la dote de la novia fue bien invertida en una fastuosa mansión en la Vía Appia de Roma, hoy llamada CAPO DI BOVE. El visitante puede admirar una enorme y doméstica área termal. Esta era solo una pequeña muestra de la gigantesca hacienda de Herodes.
Foto Javier Rodríguez, diciembre 2013
Cuando Annia Regilla estaba embarazada de ocho meses, Herodes se enfadó por una tontería y ordenó a su liberto Alcimedonte que la golpeara.
De resultas de los golpes en el vientre, abortó y murió. Se había producido un asesinato en plena Via Appia, en casa del hombre más poderoso y rico del Imperio, un crimen de violencia doméstica, como los que desgraciadamente acostumbramos a leer hoy día.
Posible retrato de Annia Regilla (Ninfeo de Olimpia)
Pronto las acusaciones recayeron en el marido. Se presentó ante los jueces Braduas, hermano de Annia Regilla, quien basó su defensa en un elogio de su propia persona y de su prosapia. Esto, unido a una posible intervención del emperador Marco Aurelio, favoreció la absolución.
Estatua de Annia Regilla
Según Filóstrato, Herodes no podía ser culpable de ninguna manera: su profunda pena resultaba exculpatoria. Nunca le habría dedicado tantas muestras arquitectónicas a la amada esposa, de haber sido el causante de su muerte.
En el área arqueológica de Capo di Bove se encontró esta terracota con la inscripción en griego:
ANNIA REGILLA, LUZ DE LA CASA
Además, Herodes mandó cambiar todos los mármoles blancos de la casa por otros negros, en señal de luto. Aplazó también la segunda posibilidad de acceder al consulado, hecho que, a los ojos de Filóstrato, fue determinante para demostrar su inocencia.
Copia renacentista de un retrato de época antonina (Fundación Casa Ducal de Medinaceli)
Entre las muchas muestras públicas en piedra de su dolor, Herodes edificó en honor a Annia Regilla el fantástico ODEÓN DE ATENAS, un teatro a la romana, cubierto, pero coqueto y recoleto, para menos espectadores.
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No conocía esta historia, herodes Ätico es un personaje secundario y no se le presta mucha atención. Y menos que el teatro de Atenas esté dedicado a la esposa que asesinó, menudo cerdo hipócrita. Ya no podré mirar el teatro más que a a partir de esta historia. Lo que me extraña es que mandara pegar a su esposa embarazada por un liberto, y además una esposa casa en matrimonio sine manu.
Y la familia de ella tampoco tuvo una actuación correcta. Pobre Annia Regilla.
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No conocía esta historia que -nuevamente- nos demuestra la hipocresía y bestialidad de un hombre frente a una mujer que cree de su propiedad.
Buen texto y bonitas fotos.
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Comparto los comentarios anteriores, la conmoción, la lástima, y la rabia. Gracias por informarnos, es bueno tener los ojos abiertos y aprender lo que hay detrás de las cosas, lo mejor y lo peor entremezclado, sea el teatro de Atenas, sea el «sabio» emperador Marco Aurelio…
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