BAILANDO EN EL PARTENÓN
La pasión griega de Isadora Duncan
Esta evanescente DANZARINA que se halla en el NUEVO MUSEO DE LA ACRÓPOLIS de Atenas perteneció al Santuario de Dionisos, en las faldas de la Acrópolis y se data en el siglo I a.C.. Probablemente quiso representar a una de las HORAS, aquellas hijas de Zeus y Themis, que marcaban el tránsito de las ESTACIONES.
Los pliegues de su manto están en movimiento, y el espectador debería adivinar sus transparencias, y conocer a una MUJER cuya SEXUALIDAD está fuera del CONTROL MASCULINO. Con toda seguridad se ha quitado el corsé, se ha vestido con un fino vestido y danza dejándose llevar por la música, expresando lo que quiere ser: provocativa, seductora, pero también natural.
Isadora Duncan by Damir Simic
ISADORA DUNCAN fue una mujer distinta a las de su época, porque estuvo siempre en contra de las convenciones victorianas. De bisexualidad declarada, libérrima, acumuló amantes, madre soltera, la fortuna la maldijo con la muerte de sus dos hijos, casada con un hombre mucho más joven con ella y muchas más cosas que la convirtieron en mito.
Isadora Duncan by Edward Steichen
Nunca usó tutús ni zapatillas para ponerse en puntas, y por eso también fue polémica. Sacó la danza fuera del escenario convencional y la llevó a parques, salones, playas y ruínas griegas. Concentró su energía en el plexo solar, en la respiración. El pecho era el centro de su movimiento.
Logró convencer a toda su familia para trasladarse a Londres. Allí fue visitante devota del BRITISH MUSEUM y sus salas griegas. Quería beber directamente de las fuentes del arte occidental.
Friso de las Panateneas (British Museum)
Sus movimientos se inspiraban en las olas del mar, en el viento, los árboles, la lluvia, los pájaros y la nieve. El cuerpo humano era la expresión de la divinidad.
Se inspiró en las MÉNADES y también echaba su cabeza hacia atrás como poseída por un éxtasis.
Ménade de Scopas
En 1902 decidió viajar a Atenas. Su proyecto de construir un templo en la colina del Kopanos tuvo que ser abandonado por razones económicas. Habría sido un templo dedicado en exclusiva a la DANZA.
El GRAND TOUR de Isadora Duncan tenía una DIMENSIÓN ROMÁNTICA, y recordaba al malditismo de BYRON y a la pasión helena de HÖLDERLIN: el encuentro con la esencia europea, atemporal, universal la buscaron en GRECIA.
Isadora quiso más, y dio como aquellos idealistas alemanes VALOR A LAS RUINAS, aquellas que excitan la imaginación y la creatividad.
El famoso fotógrafo de estrellas como Gloria Swanson o Marlene Dietrich EDWARD STEICHEN la acompañó en los años veinte a Atenas y captó a Isadora transida de felicidad en las RUINAS DE ATENAS
Edward Steichen 1920, Isadora Duncan en el Erecteion
Edward Steichen 1921, Isadora Duncan en el Partenón
También su hija adoptiva Teresa se dejó fotografiar por Steichen y nos muestra este fuego en el viento. Teresa era en aquel momento la encarnación de una ninfa griega.
Wind-Fire by Edward Steichen, Teresa Duncan sobre la Acrópolis
Los músicos que inspiraron a Isadora en su danza fueron sobre todo Schumann, Beethoven, Mozart y Chopin.
El único registro que se conserva de la danza de Isadora es este, brevísimo:
Si Isadora bailaba con las notas de Chopin, creo que habría elegido sobre todo la FANTASÍA IMPROMPTU. Por eso quiero imaginármela en movimiento con esta música, aquí interpretada por el insustituíble VLADIMIR HOROWITZ
Increible. No sabía que esta figura de la danza, irrepetible, bailara en el Partenón ,semejante a una musa !Maravillosa!
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