SIGUE A TU CORAZÓN
«¿No le ves? mírale bien: come y bebe y huelga ahora, que muerto no has de ser otra cosa que lo que ves.»
(Heródoto de Halicarnaso, II, 78)
El viajero que se acerca al Museo Británico y corre hacia la sala de las momias egípcias, se sorprende que justo a la entrada rece la siguiente frase sobre la reproducción de un mural lleno de vida y de hedonismo:
Follow your heart while you´re alive
Put perfume on your head
Clothe yourself with fine linen…..
Make holiday and don´t tire of it.
Se trata de la CANCIÓN DEL ARPISTA, datada alrededor del 1400 a. C. y perteneciente a la tumba del faraón Intef.
Sobre ella estaba una imagen de un arpista ciego. Es muy probable que esta canción sea mucho más antigua y que se trate de una versión de otras versiones.
En cualquier caso, el viajero se sorprende con la ironía, la paradoja y la contradicción de encontrar este CARPE DIEM en una cultura devota de la vida de ultratumba.
El poeta cantor recurre a los tópicos que creíamos clásicos como el UBI SUNT. Todos se han ído, todos han de irse, nadie ha vuelto para contarnos qué pasa después.
Esta es la felicidad, buen príncipe. La muerte es un destino amable. Una generación pasa y otra perdura, desde el tiempo de los antepasados. Los dioses que descansaban en sus tumbas, nobles espíritus bendecidos, también están enterrados en sus tumbas. Los que han construido edificios, sus lugares ya no existen- ¿Qué ha sido de ellos? Yo he oído las palabras de Imhotep y Hordjedef, que son recitadas todas. ¿Dónde están sus solares? Sus muros han caído, ya no existen sus lugares. Es como si nunca hubieran existido.
Nadie vuelve del más allá para contar qué necesitan, para calmar nuestros corazones, hasta que nosotros lleguemos al lugar donde ellos han ido. Alegra pues tu corazón. Olvídate de todos tus bienes. Sigue tu corazón mientras vivas. Pon perfume en tu cabeza. Vístete con fino lino. Úngete con aceites propios de dioses. Colma tus alegrías. No dejes que tu corazón se hunda. Sigue a tu corazón y a tu felicidad. Haz en la tierra lo que tu corazón ordena. Cuando llegue el día de llorar, Osiris con su cansado corazón no oirá sus lamentos. Ningún hombre se libra de la tumba. Diviértete, no te arrepientas de ello. Nadie puede llevarse sus cosas consigo. Nadie que se va, regresa
by Alice Wellinger
Si asistimos a la contemplación de las ruínas de los que han sido ricos y poderosos en vida, y de los que no queda nada, qué otra cosa podemos pensar que aquello de que TODO HA DE QUEDAR AQUÍ, y lo único que tenemos de verdad es el INSTANTE.
Entonces, optemos por crear instantes de felicidad, sin ocuparnos de trascender. Hagamos de ese instante lo mejor de la vida.
Atrapando el momento, cubriéndolo de guirnaldas, finas telas y perfumes, nuestro cuerpo será unos instantes eterno.
Las sensaciones que relata el arpista son las que todos tenemos. Yo adoro el perfume, las ropas suaves sobre la piel, y sentir ese corto tiempo de tiempo libre. Son las verdaderas vacaciones, la holganza, respirar hondo y sentir un minuto de eternidad.
No se precisa mucho para eso, no hay que ser rico para quererse y cuidar lo corpóreo, lo único que es de verdad.
Pingback: SIGUE A TU CORAZÓN | Grand Tour | Scoop.it
Reblogueó esto en Dpto. de Latín del I.E.S. Ategua.
Me gustaMe gusta
Pingback: SIGUE A TU CORAZÓN. Maite nos lleva de...
Me encanta tu post… esa idea de atrapar el momento y hacerlo eterno. Precioso y recomendable. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Muchisimas gracias. Bonitas palabras las tuyas! Abrazos
Me gustaMe gusta
Me emocionan las sensaciones del arpista ,es la vida misma .Quien pudiera vivir el presente sin agarrarse ni al triste pasado ni al incierto futuro Precioso post
Me gustaMe gusta
Pingback: SIGUE A TU CORAZÓN | Mundo Clásic...
Pingback: SIGUE A TU CORAZÓN | Post nubila, clario...