PORQUE YO LO VALGO
En vu (Vicente Palmaroli González)
La Belleza Encerrada
Museo del Prado
El laberinto junto al mar. Un libro delicioso, un viaje a la Antigüedad personal, una prosa sencilla, deslizante y emocionante. Un ensayo luminoso: LA ALMITA, incluído en esta colección de escritos del poeta polaco Zbiegniew Herbert, hace viajar nada menos que a Sigmund FREUD a la Acrópolis de Atenas.
Sigmund Freud escribe a su amigo el poeta Romain Rolland en 1936 una carta en la que relata el viaje que hizo con su hermano a Atenas en 1904.
Archivo Museo Sigmund Freud
El viaje de los Freud fue un viaje improvisado. En principio su destino era Corfú. Este periplo all´improvviso creó inquietud en la mente cuadriculada del médico vienés. Una desazón algo romántica parece impulsar al desplazamiento, es el WANDERLUST germánico.
La IMPRESIÓN que sufrió Freud al VER CON LOS PROPIOS OJOS la Acrópolis de Atenas le hace caer en un vórtice de sensaciones contradictorias con las que al punto nos identificamos.
Dice Freud:
«¡De modo que todo esto existe realmente tal como lo hemos aprendido en el colegio!»
ESCEPTICISMO: demasiado bueno para ser verdad. Se instala una PARADOJA y el viajero desde el principio rechaza la realidad.
No puede permitirse esa felicidad, no la merece. Estamos ante el COMPLEJO DE POLÍCRATES: MORIR DE ÉXITO.
El severo superyo del doctor Freud acecha ante el exceso de felicidad, y provoca la INCREDULIDAD. «Lo veo y no lo creo»
Model wearing Mainbocher dress at the Eiffel Tower, Harper’s Bazaar, 1939
Al mismo tiempo el viajero siente un profundo DEJA-VÙ. Quizá su cerebro esté impregnado todavía de las imágenes de los libros de la escuela, donde grandiosos y en blanco y negro se elevaban el Partenón, el Coliseo, la Torre Eiffel, el Taj-Majal, la Monalisa o la Muralla China. El falso reconocimiento ocupa la visión: yo esto ya lo he vivido en otra vida, esto ya ha sucedido.
La reacción negativa ante este ESCEPTICISMO es lo que denominamos MATAR AL MENSAJERO. Cuando al rey Boabdil de Granada le llegan las cartas de que Alhama había sido tomada por los cristianos, su dolor es tal que las quema y ordena matar al mensajero. El dolor insoportable nos hace crear barreras de defensa. No queremos creer que son verdad las desgracias. Negamos la realidad cuando el dolor es enorme. Nos pasa siempre: esto no puede ser verdad, decimos, negando desesperados la tristeza.
Freud excava en la profundidad de su mente intentando explicar este EXTRAÑAMIENTO que ha sobrevenido ante la contemplación de la ACRÓPOLIS, y como no podía ser de otra manera, recurre a su CONCEPTO DE CULPA. Ante esta explosión de felicidad solo nos queda SENTIRNOS COMO LOS HÉROES, y todos los héroes arrastran una culpa.
¿Qué dirían nuestros difuntos padres ante estos privilegios que nos han sido concedidos?
¿Cómo es posible que con mis humildes orígenes pueda estar contemplando esta maravilla que creía reservada a unos pocos privilegiados?
Las obras de arte derrumban nuestra arrogancia, su majestad arruina nuestra seguridad y nuestra valía es puesta en tela de juicio-razona Herbert sabiamente.
El poeta propone provocar el CHOQUE con los VALORES SUPREMOS, algo que evita la CULTURA CONTEMPORÁNEA, para que nuestro sigilo y nuestra humildad se vean recompensadas con«LA MIEL Y LA LUZ».
No podemos prescindir de MODELOS, ni estéticos ni morales. Este ha sido el pecado de nuestro siglo. Sin adentrarnos en la tradición caemos en el pozo de nuestra soledad y nuestra ALMITA estará ABANDONADA.
Villa Cimbrone, Ravello (Italia)
Uno de los eslóganes publicitarios más trascendentes ha sido el PORQUE YO LO VALGO que la firma L´Oreal utilizó para celebrar su 40º cumpleaños.
Los tintes de la casa CLAIROL ocupaban todo el mercado. Entonces L´Oreal sacó su Préference, que valía 10 céntimos más caro. Fue en aquel momento cuando surgió la pregunta:
- ¿Por qué Préference vale más?
- Respuesta: PORQUE YO LO VALGO.
Le dieron a sus modelos, no solo un tinte perfecto, sino también un plus de AUTOESTIMA y DETERMINACIÓN.
El plan que propone el GRAND TOUR es precisamente ese: PORQUE YO LO VALGO.
Desde la humildad que inundó a Freud y a Herbert y a todos los que hurgaron en su alma ante la contemplación de la grandeza creada por la mano del hombre, desde el silencio de la contemplación, debemos pasar al DISFRUTE y al GOZO del PRIVILEGIO:
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Demasiadas imágenes matan la inocencia de la mirada.
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