TATTOO
«Soy el cuerpo que arrojan mis palabras»
(Octavio Paz)
La cabeza tonsurada de Marcel Duchamp fotografiada por Man Ray es considerada por muchos como el inicio del BODY ART.
A partir de entonces, el artista podrá exhibir una VISIÓN RADICAL DE SU CUERPO como superficie de expresión. Como si de una REPRESIÓN se liberara, el cuerpo se sacrifica con ESTIGMAS.
La esfera de lo privado se borra y el CUERPO se hace PÚBLICO.
La PIEL se hace lienzo, papel para dibujar.
La VIDA puede estar ESCRITA EN LA PIEL. Puedo dibujar mi existencia con trazos, con ESTIGMAS que no son nunca más efímeros, y que son solo MÍOS.
Las marcas son recuerdos, un MEMENTO de lo que me ha ocurrido. Debo tomar notas sobre mi piel, y sobre todo, COMPARTIRLAS. Vivo en una TRIBU, y llevo LA MARCA DEL GRUPO.
El gélido Ötzi se tatuó en rodillas y espalda hace más de 5000 años. En la TRIBU uno se tatúa para SER UNO MÁS.
Hoy, en cambio, para no desintegrarse en el ciberespacio, muchos se tatúan para SER UNO MENOS.
Controlo MI CUERPO, lo MUTILO.
Participo del RITO y del SACRIFICIO.
La palabra griega ESTIGMA significó originariamente las MANCHAS DE LA SERPIENTE.
Para los griegos tatuarse frente, cara o manos era sinónimo de BARBARIE, y no digamos todo el cuerpo. Solo podía significar ESCLAVITUD o CASTIGO.
Esclavos y prisioneros de guerra son tatuados por los PERSAS en señal de sumisión. Jerjes castiga al mar, lo golpea, lo estigmatiza, lo tatúa cuando fracasa su puente sobre el Helesponto (Hdt, 7, 35). El Gran Rey tiene este propósito común: LA DEGRADACIÓN.
Petronio en su Satiricón (II, 102ss) narra una divertida escena en el barco en el que huyen Eumolpo, Encolpio y Gitón. Se les ocurren planes surrealistas para salir del apuro: afeitarse el pelo, circuncidarse para parecer judíos, pintarse la cara como los galos o tatuarse para parecer esclavos, etíopes o ambas cosas, o directamente suicidarse. Marcarse a fuego con el hierro encubriría bien sus rasgos con la «SOMBRA DEL CASTIGO».
Para amedrentar a sus enemigos los bravos PICTOS se pintaban de colores azulados y estampaban ESTIGMAS en su piel en la BATALLA.
El rito estaba servido, también el sacrificio. Toda la tribu resplandecía en la guerra, mientras los romanos se espantaban de tal barbarie. La piel pintada, los tatuajes, y las marcas a fuego son signo de animalidad, de desgracia, de ridículo o de esclavitud.
San Pablo acuña la expresión ESTIGMAS DE CRISTO, o marcas de Cristo, las que lleva en su piel para participar ritualmente y como sacrificio en las laceraciones y sufrimientos del Salvador. Así, desde siempre, estos ESTIGMAS han sido SIGNO DE SANTIDAD en la cultura cristiana.
Soldados y trabajadores de factorías militares pusieron de moda los tatuajes como SIGNO GREMIAL en el Bajo Imperio. Esta práctica continuó hasta nuestros días, hasta el AMOR DE MADRE legionario.
Las MUJERES TRACIAS que asesinan a Orfeo en los VASOS GRIEGOS de todos los museos van tatuadas. Los tracios habían sido vencidos por los escitas, y las mujeres escitas castigaron a las tracias con tatuajes.
Su castigo y su esclavitud se volvieron adorno
Igual que las AMAZONAS tracias, la MARCA DE LA TRIBU se convirtió en LOGOCULTURA gracias al intrépido CAPITAN COOK, quien en 1769 importa a Europa la palabra samoana TATAU, dando origen a la voz inglesa TATTOO. Nacía el gusto por el tatuaje.
De las inocentes CALCOMANÍAS de nuestra infancia hemos llegado al FUROR TATUADOR de nuestro presente.
Estamos enfermos de DEJA-VÙ y de AMNESIA de nuestra historia y perpetramos marcas sobre nuestro cuerpo.
La vida se ha hecho LIGHT, la piel es un LIENZO para expresar el ABURRIMIENTO
Nuestra civilización opulenta y decadente, sin energía, ejerce un CONTROL sobre lo que comemos, lo que vestimos, lo que aprendemos, con lo que nos divertimos y lo que sabemos en realidad.
Queremos un CUERPO NUEVO, por eso modificamos hasta el paroxismo el que tenemos. Del ESTIGMA al CÓDIGO.
Lo que fue un SÍMBOLO, se ha convertido en una VIGOREXIA DÉRMICA.
Antes, un ex-presidiario o un legionario ocultaba sus tatuajes para no ser clasificado, para poder integrarse. Los prisioneros de Auschwitz fueron tatuados con números, porque eran esclavos.
Hoy, desde que Beckham exhibe orgulloso sus más de 30 tatuajes, los tatuados se han vuelto inclasificables. Son HOMOGÉNEOS. Barbie también participa de este FUROR.
Una sociedad en declive que ha deconstruído su identidad y pretende crear una nueva, gracias a SÍMBOLOS COMPARTIDOS, y el deseo escrito a gritos:
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No sabía que para los griegos tatuarse fuera sinónimo de barbarie… creo que, en general, estoy bastante de acuerdo(…a pesar de que hace años, confieso, estuve tentada de tatuarme una salamanquesa pequeñita allí donde la espalda pierde su bello nombre)
Está muy bien el análisis sociológico, creo que has dado en el clavo.
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