UN SONAJERO PARA DIONISOS
“Un Hermes de piedra, que lleva a Dionisos niño y es obra de Praxíteles…”
(Pausanias, Descripción de Grecia, V, 17,3)
El viajero Pausanias dice que vio un Hermes con Dionisos niño en los brazos cuando visitó el Templo de Hera en Olimpia.
De Semele enamorada, incandescente y fulminada por la divinidad de Zeus nació Dionisos por primera vez.
Alojado en el muslo de su padre Zeus y protegido de los celos y la cólera de Hera, volvió a nacer.
Hermes se hizo cargo del bebé y se lo llevó de viaje para que fuera criado por Papposileno y las ninfas de Nisa, por eso Dionisos es el “nacido dos veces” o el “Zeus de Nisa”
Con Pausanias en la mano y mucho rigor, Ernst Curtius dirigió las excavaciones de Olimpia. Su equipo no robó, de hecho se considera la mejor intervención arqueológica en suelo griego. Alemania había emergido como potencia tras la unificación. Hicieron realidad sus sueños griegos. En 1874 se firmó un tratado sobre las excavaciones.
Heraion (Olimpia) Ernst Curtius
Esta estatua de mármol de Paros que habita una magnífica sala del Museo Arqueológico de Olimpia es una estrella.
El Hermes de Olimpia se ha divorciado definitivamente de la frontalidad. Los historiadores hablan de la famosa CURVA PRAXITELIANA, esa sinuosidad, marca del escultor, que esboza el naturalismo helenístico.
El Hermes con el niño Dionisos borra para siempre los límites entre lo DIVINO y lo HUMANO.
De hecho el viajero ha de caminar a su alrededor para poder contemplarlo en tres dimensiones. No es posible apreciarlo solo de frente.
Es un modelo, como los de hoy.
Los turistas orientales se sienten incómodos ante el resplandor del cuerpo de Hermes. Quizá si el dios llevara su indumentaria habitual lo aceptarían mejor.
El VALOR DEL CUERPO HUMANO alcanza sus cotas más altas en esta estatua, entre un dios y un hombre.
Hermes no se ha llevado en el viaje ni el pétaso, ni el caduceo ni las sandalias aladas.
Y en su brazo derecho amputado por el tiempo
¿qué llevaba?
De camino al Monte de las ninfas de Nisa se ha parado en Olimpia a ver los Juegos.
Es un joven padre que lleva a su hijo en brazos. Se ha detenido en el camino, se ha apoyado en un cercado, ha dejado el manto colgando e intenta entretener un poco al inquieto bebé, que se revuelve. Está cansado.
Es el principio del otoño. Pronto será la vendimia. Las uvas están gordas y brillantes. Coge un racimo de un viñedo del camino a Olimpia. Lo sostiene en alto y el niño abre mucho los ojos. Las uvas están muy apetitosas.
Foto Javier Rodríguez, octubre 2013
El arquetipo masculino del Hermes de Praxíteles ha conquistado nuestro subconsciente.
Para las mujeres, no hay nada más sexy que un hombre joven que sin reparos regala ternura a su bebé.
En Olimpia hoy está un joven y vigoroso atleta
En el túnel del vestuario del estadio le han acercado a su bebé para que lo vea un rato antes de la carrera.
Intenta captar la atención del niño con el invento del siglo: EL SONAJERO.
Le han dicho que Arquitas de Tarento, amigo de Platón y muy pitagórico lo ha extendido por todas partes.
Alza el juguete en su mano. Este sistro con crótalos brillantes ha llamado la atención del crío.
Museo Arqueológico de Archanes (Creta)
Creo que le gusta más este otro, con su simpática forma de cerdito, que ha traído un atleta de Chipre
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Magnífico post para tempos de vendima
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Gracias Susana, por entrar e por comentar. Bicos
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Fantástico: Hermes entretiene al bebé Dionisos con un racimito de uvas, (y mencía, me parece…para más inri). Estaba claro que al rapaz le tenía que gustar de mayor el buen vino!
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