EL RUBOR DE LA AURORA
«Parece muy probable que las ruínas del Wadi Musa son las de la antigua Petra, y hay que señalar que Eusebio dice que la tumba de Aarón se encuentra cerca de Petra. De esto al final estoy convencido, según la información que he obtenido: de que no hay otras ruínas entre las estribaciones del Mar Muerto y del Mar Rojo, suficientemente importantes para corresponder a esta ciudad. Si he descubierto o no los restos de la capital de la Arabia Petrea, dejo la decisión a los especialistas griegos, y simplemente añado unas pocas notas a esas ruínas»
(J.L. Burckhardt, Viajes a Siria y Tierra Santa, 1812)
Petra estuvo más de 600 años escondida como una princesa de cuento de hadas o como una ciudad legendaria como Troya o la Atlántida, hasta que el joven viajero estudioso de Oriente Johann Ludwig Burckhardt la encontró.
Se disfrazó de árabe para ganarse la confianza de los beduínos. Conocía bien la lengua y exhibió en sus escritos un profundo respeto por su cultura, circunstancia que sorprende en un europeo del siglo XIX.
Mujer beduina jordana (principios del siglo XX)
Petra está esculpida en piedra, en el desierto rojo y rosa, como el rubor de la aurora, según dice el entusiasmado poeta John William Burgon.
Amanecer en el Wadi Rum
Petra evoca caravanas y lujo oriental, incienso, mirra, plantas medicinales y camellos que transitan desde Arabia y Egipto a través del Wadi Rum del adorado Lawrence de Arabia hasta las prósperas ciudades de Judea y Siria y hasta los puertos de la costa mediterránea.
David Lean (1962), Lawrence de Arabia
Desde Egipto a Israel viajaron los judíos guiados por Moisés, por eso este Wadi de Petra lleva su nombre en árabe: Wadi Musa
thecareyadventures.com
Desde el monte Hor se divisa la ciudad de los nabateos, y allí creyó Burckhardt que estaba la tumba de Aarón.
No sabemos si Moisés cruzó Petra, a la que la Biblia cita como SELA, al sur del Valle de Edom. Edom, hermano gemelo de Jacob, llamado también Esaú y Hor.
Los edomitas negaron el paso a Moisés. El caudillo del pueblo judío divisó la Tierra Prometida desde el Monte Nebo, pero no la pisó jamás.
Monte Nebo (Jordania)
Marco Antonio fue muy generoso con la reina Cleopatra, regalándole entre otros territorios, parte de Judea y las tierras de los NABATEOS, en la ARABIA PETREA
Cardo maximo (Petra)
Los nabateos se aliaron con Octaviano en la Guerra de Egipto. Ellos quemaron las naves de Cleopatra, frustrando su plan de transportar los navíos a través del istmo de Suez hacia el mar Rojo tras la Batalla de Accio, según refiere Plutarco. Siempre habían tenido rivalidad con los Ptolomeos por las rutas comerciales entre el Mediterráneo y el Mar Rojo.
Al-Kazneh (Petra, principios del siglo XX)
Al abrigo de Roma, el reino nabateo prosperó. Su avanzado urbanismo aún se hizo más eficiente y sofisticado. Su sistema hidráulico resulta sorprendente. Agua en mitad del desierto, canales, aljibes, riqueza. Eran las ventajas de la PAX ROMANA de Augusto.
Siq (Petra)
El viajero que cruza el Siq, el desfiladero rosa que descubrió el aventurero suizo, encontrará las huellas de una cultura fascinante. Verá probablemente solo un poco de la cuarta parte de la ciudad que está excavada.
Siq (Petra)
Recorrerá más de un quilómetro de garganta pétrea. Los BETILOS de los nabateos ofrecen la demostración de una religión anicónica, sin representación humana, solo geometrismo. Altares y hornacinas, inscripciones en lengua nabatea y griega. No se resistieron a la cultura helenística.
Una caravana de camellos aún no se ha ido de Petra. Entran con los visitantes en los colores de las paredes del Siq.
Un sicomoro impenitente aún se yergue orgulloso. Demuestra que el agua está en algún lugar del suelo de Petra, bajo las iridiscentes y multicolores piedras. Es la higuera del desierto.
El viajero sabe que al final del Siq oirá el galope de unos caballos, los del héroe moderno Indiana Jones, que buscó el Santo Grial en el Tesoro del Faraón de Petra.
Steven Spielberg (1989) Indiana Jones y la Última Cruzada
Al Khazneh es el TESORO DE PETRA, el templo secreto de Indiana Jones. Era la tumba del rey nabateo Aretas IV (o quizás III), cuya hija fue repudiada por Herodes Antipas que se encaprichó de Salomé. Esto enfadó a Juan Bautista, y Salomé bailó su sensual danza para acabar pidiendo su cabeza.
Los Gemelos divinos Cástor y Pólux, también han llegado a caballo al Tesoro. Guiarán las almas a los Campos Elíseos, esta vez, el alma de un rey.
Isis egipcia le dio el amor, porque es la diosa Venus, y además la inmortalidad. Es la Tyche, la fortuna de Petra, su destino eterno.
Las águilas de Zeus son las del dios Dushara, el señor de las montañas, y las bailarinas Amazonas cuentan que los betilos nabateos, sin cuerpos y con poca alma ya no están de moda. Los reyes quieren enterrarse en un tholos como el de Policleto en Delfos.
Los beduínos modernos ya no transportan mirra; ahora la venden en las tiendecillas de Petra.
Todavía galopan en sus caballos. Ahora los alquilan a turistas. El rey Hussein los expulsó de las cuevas pétreas de Petra. Volvieron a su desierto.
Algunos se quedaron y hoy observan a los turistas desde lo alto de las cumbres de la ciudad rosa.
Venden lámparas maravillosas que si las frotas, sale un genio que te concede tres deseos. Quizá así, Indiana encontró el Santo Grial.
Lucerna con los signos del Zodíaco, s. I (Petra-Amman Museo Arqueológico)
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Feliz viaje a Petra, uno de mis destinos pendientes todavía. O quizá ya los has hecho o lo estás haciendo y nos enseñas su belleza.
Sea como sea, muchas gracias.
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Si, fui el mes pasado: Israel y un poco de Jordania. Esa parte del mundo merece la pena. Algo tiene Oriente…
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Gracias a ti por venir de viaje conmigo
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Supongo que al que ve Petra por vez primera, como al que ve las pirámides, se le encoge el corazón de la misma manera que a Burkhardt, que es inevitable que sea así, a pesar del turismo y las tontunas, y las altísimas expectativas que uno forzosamente lleva. Hay lugares con ese poder. Yo tampoco he estado por ahí, y dudo mucho que vaya a ir alguna vez. Pero lo que cuentas transmite la emoción incombustible del viajero (¡que no del turista!), y lo cierto es que abre el apetiro de ir, incluso a las perezosas y cobardicas como yo. Entre otras cosas, nos recuerdas que «Asia menor» fue Grecia, y fue Roma, y que tiene mucho más en común con nosotros/nosotros con ellos de lo que tanta gente cree.
bss y gracias!
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Pues no dudes. Oriente tiene algo magnético. Tus palabras son preciosas. Ya habíamos quedado en que en otra vida íbamos a ser arqueólogas viajeras aventureras del siglo XIX. Besos
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¡Qué hermosura! Ojalá pueda contemplar algún día a la de rosados dedos extender su azafranado velo sobre esas piedras inconmensurables…
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